EL PENSAMIENTO… ¿HA SIDO SIEMPRE EL MISMO?
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EL PENSAMIENTO… ¿HA SIDO SIEMPRE EL MISMO?

Por Erika Gutiérrez, CEO Lateral Company
November 2020

“Es posible plantearnos las grandes preguntas y contestarlas científicamente”. Bajo esta premisa, el historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari escribió Sapiens: de animales a dioses, uno de los libros más leídos de este siglo con más de 15 millones de copias vendidas. Creo que esta breve historia de la humanidad ha develado el interés que tenemos por conocernos y entendernos como especie. Como nos gusta pensar en el pensamiento, valga la redundancia, podemos contestarnos preguntas grandes como las del título de este artículo.

El pensamiento es la actividad que hace que se produzcan ideas en la mente. Si bien nos ha acompañado siempre, es necesario entender cómo ha evolucionado. Para ello, propongo un recorrido por esta línea de tiempo que une a nuestros ancestros más lejanos con lo que somos hoy.

EL NACIMIENTO DE LA IMAGINACIÓN

Desde hace miles de años, los primeros eslabones de la cadena evolutiva humana ya necesitaban comunicarse. El pensamiento les permitía expresar aspectos de la realidad en interacción con el entorno, pero no se limitaba solo a eso. Hay evidencias para asegurar que, desde 70,000 años A.C., los sapiens producían ideas sin que tuvieran relación con su propia realidad.

Este cambio significó algo realmente nuevo para la humanidad: la imaginación expresada a través de la ficción y el mito. El salto cualitativo de pensamiento, conocido como “revolución cognitiva”, se considera determinante para que la humanidad se haya movido desde el último hasta el primer peldaño de la cadena alimenticia. La cohesión y cooperación de los sapiens, a gran escala, generó una capa de realidad sobre el mundo natural. A partir de eso, imaginaron e instauraron organizaciones de orden político, económico y otras estructuras sociales.

LA MIRADA HACIA EL FUTURO

Alrededor del ​10,000 A.C., durante la revolución agrícola, el hombre dejó de ser nómada y decidió establecerse en un lugar específico para cultivar y criar animales. Surgió la necesidad de organización alrededor de los recursos. Resistir en un mismo lugar lo puso a merced de distintos climas y estacionalidades que determinan la alimentación, el abrigo y demás variables vitales.

De esta manera se comenzó a pensar en el futuro. Más importante que satisfacer las necesidades inmediatas, se hizo necesario planificar, calcular y distribuir esfuerzos. No es difícil imaginar a los pueblos haciéndose preguntas como: ¿cuánto sembramos?, ¿cuánto podemos consumir y cuánto tenemos que guardar para subsistir? En este lugar de la línea de tiempo se ubica el nacimiento del pensamiento realista, descriptivo y planificado. Una estructura racionalista que propició otro gran salto evolutivo.

MISIÓN CONQUISTA

El siguiente hito coincide con el establecimiento de los imperios alrededor del 500 D.C. Inició la carrera por la expansión con el objetivo de unificar culturas, organizaciones y economías. El pensamiento se volvió administrativo y procedimental. El orden se transfirió al poder de la jerarquía y, por supuesto, nació la burocracia.

De esta manera, saltamos al año 1,500 D.C. La influencia del método científico nos hizo entender que la realidad se podía recrear y replicar para observar los resultados. El método, las hipótesis y las mediciones se incorporaron a nuestra caja de herramientas. El pensamiento deductivo y el inductivo nos hicieron entender más el entorno y a tener más influencia en él.

El método científico permeó al terreno económico en el siglo XIX y provocó la Revolución Industrial. El pensamiento se hizo más abstracto, eficiente y convergente. Nuestra lógica nos llevó a establecer parámetros, identificar patrones y encontrar relaciones. Así funcionamos en este presente definido por la supremacía de internet y la hiperconectividad. La sensación que comparto, luego de este pequeño viaje a través de miles de años, es que el crecimiento exponencial de la información y el desarrollo de la inteligencia artificial, ha provocado un entorno de aparente desorden, con grandes añadidos de impredecibilidad y complejidad.

EL PENSAMIENTO DEL FUTURO

Entonces, si estamos siendo testigos del choque de una manera de pensar impredecible y desordenada contra una estructura lógica que tiene más de 200 años de vigencia, ¿será que estamos viendo el siguiente salto cualitativo del pensamiento?

Abrazar lo impredecible resulta una muestra de sensatez. Esto no lo digo yo, lo dijo el Dr. George Land, prestigioso investigador y orador del campo científico, en el libro Beyond and breakpoint. Mastering the future today, escrito junto a Beth Jarman: “Los fenómenos, que a menudo se etiquetan como desorden y aleatoriedad, operan en realidad para proporcionar las oportunidades necesarias que permiten desarrollar una conexión más profunda, más amplia y más compleja entre las personas, las ideas y las cosas, tanto internamente como con el entorno exterior”.

Estas conexiones profundas, amplias y complejas permiten que el pensamiento crítico, el intuitivo, el divergente, el lateral, el imaginativo, el creativo y el espiritual se estimulen, cobren relevancia y se amalgamen en un nuevo tipo de pensamiento más distintivo que, según me parece, nos está acechando para hacernos subir al siguiente peldaño.